La inmensidad del mar, la paz que transmite ver el atardecer, la intriga por conocer lugares nuevos y la compañía que dan las personas con las que vives. La motivación por aprender para luego enseñar, la ilusión por cocinar y la pasión por el deporte. Sensaciones y sentimientos tan bonitos como estos son los que recorren el cuerpo de Yazmina cada día. Con 34 años y en muchas ocasiones acompañada por su mejor amiga y confidente Lala, a esta mujer le encanta disfrutar del día a día. Con su característica sonrisa y sus ganas de superarse consigue sacar provecho de todos los momentos y oportunidades que se le presentan.
“Mi deporte favorito es el fútbol sala y gracias a él he podido lograr uno de mis sueños que es viajar”, comenta orgullosa de sí misma. Y así es como Yazmina disfruta del deporte y a su vez recorre lugares nuevos para ella que la dejan maravillada y del que de cada uno tiene una historia que contar. Sus ganas de aprender van más allá de lo que podamos imaginar, de forma autodidacta, busca y aprende recetas de cocina con las que deja con ganas de más a sus compañeras de piso con las cuales también pone a prueba sus conocimientos tras la formación de peluquería que ha recibido.
Esta mujer fuerte y vividora junto a las compañeras con las que comparte piso en una de las viviendas gestionadas por la entidad Probosco, en Tenerife sigue luchando cada día por cumplir cada uno de sus sueños y hacer tan feliz a la gente como la hacen sentir a ella.
Yazmina tiene discapacidad física e intelectual, pero como se puede observar, sus limitaciones no han podido superar sus ganas de tener una vida lo más independiente posible. Celebremos la vida y aprendamos a disfrutar de los pequeños grandes detalles que esta nos regala.