Han sido muchas prolongaciones del estado de alarma, muchas semanas añadidas que todos esperábamos que no siguieran sumándose de dos en dos. Sin embargo, aquí estoy, escribiendo estas palabras desde el escritorio de mi casa. Y aquí estás tú, leyéndolas desde muchos posibles dispositivos, pero espero que desde tu casa también. Con el esfuerzo de todos hemos logrado que nuestro Archipiélago sea la Comunidad Autónoma con la menor incidencia de contagios y fallecimientos por cada 100.000 ciudadanos, a la vez que los recuperados cuadruplican los decesos en las Islas. Se empieza a vislumbrar la luz la final del túnel, al final del confinamiento.
Llevamos fantaseando con lo primero que haremos al terminar la cuarentena desde el segundo día y en Probosco no somos distintos. Como todas las familias que no han estado juntas durante estas semanas, deseamos poder volver a abrazarnos entre nosotros. Levantarnos una mañana e invitar a la vecina que tan bien nos cae a tomar un café y trozo del bizcochón de limón que hicimos la tarde anterior. Asomarnos a la ventana y ver el cielo azul y resplandeciente, coger las llaves y salir a pasear con nuestros compañeros de piso. O quizás todo lo contrario, quizás queramos estar solos y disfrutar de nuestra única y propia compañía. Deseamos poder volver a visitar a nuestros mayores sin poner en riesgo su salud. Ir a una cafetería atraídos por él tintineo de los vasos y él olor a café recién hecho.Y, oh, por favor, estamos en Canarias. La opción de coger la crema solar, un bocadillo de chorizo de Teror y avanzar dirección al mar siempre está ahí, tentadora.
Seguiremos fantaseando porque nuestra imaginación no nos la puede arrebatar ni siquiera el Covid-19. Puede que cada día que quede hasta el final de esta situación nos apetezca algo diferente en nuestro primer día de libertad, pero nos queda el resto de la vida para disfrutar -puede incluso que más que antes- de todo lo que el mundo tiene para ofrecer. Tampoco nos puede quitar el orgullo de ver cómo la familia que compone Probosco, su alma, ha echado mano del autocontrol y ha sabido adaptarse a una situación sin precedentes para la que nadie humano en este planeta estaba preparado.
Nuestro futuro más cercano es incierto, pero lo que es seguro es que saldremos de esto. Lo que es seguro es que seremos más fuertes que nunca.
Carolina Méndez, Equipo Probosco.
Carolina Méndez. Periodista. EQUIPO PROBOSCO