Atendemos a numerosas personas con grandes necesidades de apoyo que no siempre podrán cumplir con el distanciamiento social

1 de mayo de 2020

Probosco, asociación y centro terapéutico para personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, lleva a cabo una labor encomiable. Su lucha por que la necesidad de distintos niveles de apoyo no sea un obstáculo para la inclusión es dura, pero ya han ganado muchas batallas. Esto no sería posible si su equipo no lo formaran personas magníficas y profesionales de gran calibre como Cristina García, psicóloga de la asociación con un Postgrado en Enfermedad Mental y Alteraciones de la Conducta por la UIC (Universidad Internacional de Cataluña). El trabajo de García es indispensable para que la persona con discapacidad intelectual mejore su vida y acceda a un apoyo activo que le permita decidir en su día a día.

El apoyo psicológico puede abarcar muchos campos pero, ¿en qué consiste la intervención psicológica en personas con discapacidad intelectual o del desarrollo? “La intervención psicológica tiene como propósito fundamental mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo. Para ello se diseña, junto con la persona y su grupo de apoyo, un plan de vida deseado. En el proceso se fomenta la autodeterminación de la persona, así como la participación activa en su vida diaria, tanto en el hogar como en la comunidad, acorde a sus gustos y preferencias. Sin duda, todo ello repercute significativamente en su autoestima y en su rol social. Con aquellas personas que presentan problemas de conducta y/o enfermedad mental, se promueven entornos de vida saludables y preventivos, y se entrenan habilidades alternativas a la conducta que se quiere modificar. Para ello, se realiza una evaluación integral y exhaustiva de la persona y de su contexto, para luego diseñar un plan de apoyo. Cabe destacar que, junto a la intervención que se realiza con la persona con discapacidad, en muchas ocasiones va a ser fundamental acompañarla de intervenciones a las personas que prestan apoyo, ya sean profesionales o familiares”.

¿Cómo se estructura este soporte? ¿Se llevan a cabo sesiones programadas reguladas? ¿Se programan en base a las necesidades de la persona? “La intervención psicológica se lleva a cabo tanto de manera individual como grupal, siempre en función de las necesidades de la persona. Unas van a necesitar este apoyo de manera regular, con sesiones programadas habitualmente, y otras de manera menos estructurada dependiendo de la realidad con la que nos encontremos”.

“La atención fue personalizada, flexible y ajustada a las necesidades de cada uno/a, y se mantendrá hasta que las situación se normalice”


Nos encontramos en Fase 1 de desescalada, pero han sido muchas semanas de confinamiento privados de servicios de apoyos debido al estado de alarma, ¿cómo se sobrellevó esta situación? “En los momentos de confinamiento algunas de las personas a las que prestamos apoyo estaban viviendo en su domicilio familiar. Y, conforme a la normativa vigente en el momento, el Centro de Día permanecía cerrado por lo que las personas que acudían al mismo estaban todo el tiempo con sus familiares. Es por ello que en PROBOSCO generamos sistemas de apoyos centrados en las necesidades de las familias y las personas con discapacidad intelectual, contribuyendo a que se sintieran capaces de hacer frente a la nueva situación. Por supuesto, para garantizar las recomendaciones de aislamiento social, el apoyo se prestó de manera telemática, dando respuesta a las necesidades que surgieron. Esta atención ha sido personalizada, flexible y ajustada a las necesidades de cada uno/a, y se mantendrá hasta que las situación se normalice”.

¿Cuáles son los objetivos alcanzables? Por ejemplo, ¿una mejora de la autoestima o una mayor capacidad de tomar decisiones? “Los objetivos de la intervención psicológica son muy variados, pues van a depender de cada persona y sus circunstancias, pero siempre van a estar enmarcados en la mejora de la calidad de vida de la persona”.

Como comentábamos anteriormente, el confinamiento debido al COVID-19 privó -o debilitó su acceso- a las personas con discapacidad intelectual de las herramientas que hacían sus vidas más activas y estables, ¿qué consejos les darías, tanto a las personas con discapacidad -algunas con problemas de conducta y mucho estrés- como a sus familiares y allegados para sobrellevar este fenómeno hasta que llegue la normalidad o en caso de que se vuelva a producir un confinamiento? “La situación ha sido nueva para todos/as, lo cual puede generar angustia, miedo, incertidumbre y enfado, entre otras emociones. Al igual que nosotros nos podemos llegar a sentir así durante muchos momentos del día, las personas con discapacidad intelectual más aún, ya que muchas de ellas no entienden qué está pasando y por qué no pueden salir de casa. Por tanto, dado que sentirnos así es totalmente normal, debemos permitir que afloren todo tipo de emociones negativas; eso sí, sin dejar que les invadan todo el tiempo.Desde el área de psicología hemos diseñados algunos materiales para las familias a las que prestamos apoyo, que puede ser de utilidad para cualquier persona. En ellos damos consejos generales.”

Los consejos son los siguientes:

 

“Gracias a que PROBOSCO se ha transformado del modelo institucional al modelo de viviendas inclusivas, la vuelta va a ser más llevadera al no existir tantos espacios comunes ni habitaciones compartidas por mucha gente”


¿Podrías describir un poco cuál es la metodología o los pasos a seguir para la vuelta a la normalidad en lo que respecta al área de psicología? “Por suerte, llevamos unas semanas trabajando en la vuelta a la normalidad para que las personas que han estado con sus familias se vayan incorporando paulatinamente a sus viviendas en la comunidad.

Gracias a que PROBOSCO se ha transformado del modelo institucional al modelo de viviendas inclusivas, la vuelta va a ser más llevadera al no existir tantos espacios comunes ni habitaciones compartidas por mucha gente (en la actualidad las habitaciones son individuales o dobles). Viven en unidades de convivencia pequeñas donde se facilita la atención a sus necesidades personales y donde es más factible asumir las medidas sanitarias. El modelo de viviendas en la comunidad, naturalmente, es una gran fortaleza frente al Covid-19.

Atendemos a numerosas personas con grandes necesidades de apoyo que, por sus características, no siempre podrán cumplir con el distanciamiento social. A algunos el uso de mascarillas les generará rechazo y malestar, lo que va a ser uno de los retos más importante con los que nos vamos a enfrentar, teniendo que diseñar aproximaciones sucesivas (que las toquen, que se las pongan unos segundos, luego unos minutos… y así hasta donde podamos llegar). Que toleren las mascarillas y que eviten el contacto físico va a ser un trabajo arduo pero indispensable.

El cambio en sus rutinas, la falta de contacto social con personas allegadas y, en algunos casos, haber vivido situaciones de duelo, ha provocado que la calidad de vida de las personas con discapacidad haya disminuido considerablemente tras tantas semanas de confinamiento. Para ello, prestaremos apoyo emocional y diseñaremos un plan de actividades significativas para mantenerse activas y que participen en su día a día, en base a la metodología de Apoyo Activo.

Para aquellas personas que lleven todo este tiempo sin tener contacto con sus familiares, habilitaremos espacios exclusivos para visitas, cumpliendo siempre con las medidas sanitarias. En los casos en los que no sea posible, seguiremos fomentando las videollamadas.

El ocio se irá retomando muy lentamente, con grupos reducidos y promoviendo que sea en espacios al aire libre. Dado que la diferencia en las oportunidades de ocio con respecto a la situación previa al covid-19 va a ser notable, las personas necesitarán apoyo emocional y adaptación de la información para poder integrar esta nueva realidad.

A las personas que acuden al Centro de Día se les seguirá prestando apoyo telemático y a las que lo requieran, apoyo en su contexto natural hasta que volvamos a la normalidad.

El trabajo anterior va a ir de la mano de cambios en la organización del día a día para poder ir adaptando los espacios y las actividades a las recomendaciones sanitarias. Se han creado numerosos protocolos y documentos que harán de guía para poder ponerlo en práctica”.

Carolina Méndez. Periodista. EQUIPO PROBOSCO